lunes, 3 de diciembre de 2007

PELIGRO Y CONSERVACION


ADVERSIDAD DE LAS AVES
Las aves enfrentan diversas amenazas a su supervivencia en la vida salvaje. Como los demás animales, son completamente dependientes del ambiente para la subsistencia. Son muy sensibles a los cambios en sus ecosistemas, e incluso pequeñas cantidades de daños al ambiente pueden tener efectos catastróficos en las poblaciones de aves. El ejemplo más dramático que ilustra la sensibilidad de las aves es el dodo, un ave no voladora vista por primera vez en la isla Mauricio cerca del 1600, que fue llevada a la extinción por la presencia humana sólo 80 años después. A pesar de que los dodos eran cazados por los navegantes como alimento, su caída se debió probablemente a la destrucción de los bosques donde vivían, combinado con la introducción de ratas, cerdos y gatos que destruían sus nidos.
El dodo es el ejemplo más famoso de la extinción de las aves, pero otras especies han sufrido un destino similar, y muchas más lo harán en el futuro. En 2002, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza estimó que existen 1.192 especies de aves en peligro de extinción en todo el mundo, con más de 800 potencialmente vulnerables – cerca del 20% de todas las especies conocidas. La pérdida del hábitat es la amenaza más grande para las aves. La deforestación, la desaparición de setos, el desecamiento de los pantanos, las plantaciones de árboles no nativos y el avance de los desarrollos urbanos son amenazas importantes para las aves, como consecuencia de lo cual muchas especies están siendo diezmadas alarmantemente. Estas pérdidas son particularmente serias en las islas, donde las poblaciones de aves son a menudo más pequeñas y frágiles. Los cambios climáticos debidos al calentamiento del planeta están teniendo efectos notables en las poblaciones globales de aves, causando la interrupción de los ciclos reproductivos de muchas especies, y forzando a otras a cambiar sus hábitos migratorios.
La polución constituye otro riesgo serio para los pájaros. Los insecticidas son un problema particular – como muchas especies comen insectos, el declive del número de insectos tiene un efecto directo en sus poblaciones. Los efectos tóxicos de estos químicos pueden matar un gran número de aves o causar otras secuelas como el adelgazamiento de los cascarones de los huevos. Por lo tanto, otros pájaros sufren también – particularmente los depredadores que dependen de aves más pequeñas para alimentarse, como los búhos y águilas. El declive de las poblaciones de halcón peregrino en los años 60 y 70 del siglo pasado se ha debido a un envenenamiento por DDT. Las pérdidas de petróleo causan también daños enormes en las aves, ya que atascan sus plumas y las envenenan, y han sido responsables por algunas disminuciones dramáticas en las poblaciones de aves marinas.

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