sábado, 10 de noviembre de 2007

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA.


Ámbitos de acción de la empresa.
Existe cierto consenso en considerar como iniciativas socialmente responsables a aquellas que van más allá de las obligaciones que impone la legislación de la empresa. Archie Carroll, en su artículo sobre el modelo tridimensional de la actuación social de las organizaciones, plantea que la empresa debe afrontar obligaciones de cuatro tipos: económicas, legales, éticas y discrecionales. Estas últimas, las discrecionales, parten de la iniciativa de la empresa y demuestran su actitud preactiva frente al entorno.
Caravedo completa el escenario de las prácticas sociales de la empresa e identifica tres ámbitos claramente diferenciados en los que puede ubicarse la acción de la empresa.

La filantropía empresarial, en donde se aprecia una motivación altruista referida al deseo o interés por mejorar las condiciones de la sociedad. En estos casos la empresa suele utilizar parte de su presupuesto para desarrollar iniciativas que logren algún nivel de impacto en la problemática a superar. Por lo general, la organización no espera obtener de beneficios de esta practica y no la vincula con el propio negocio, por lo que, en términos de la estrategia de la organización y la producción, la empresa permanece intacta. Con frecuencia para facilitar estos compromisos, los empresarios crean fundaciones, instituciones especializadas en llevar estos fondos hacia los grupos que consideren necesarios respaldar.
Inversión social, supone una motivación relacionada con la obtención de beneficios para ambas partes, empresa y grupo atendido. El impacto deseado es la mejora de la comunidad sobre la que actúa la empresa o el ámbito geográfico sobre el que se extiende su influencia, recibiendo a cambio el fortalecimiento de su imagen y reputación, lo que debería traer como consecuencia la ampliación del universo de clientes o el afianzamiento de la marca. La modalidad de intervención privilegia la acción directa de la empresa, pudiendo realizarla a través de terceros. En la toma de decisiones participa principalmente el gerente general, ocasionalmente, otras instancias de la empresa. La inversión social es una acción un poco más compleja que la filantropía. Requiere de un esfuerzo de visión que articule claramente la labor de la empresa con el desarrollo de la comunidad.
Responsabilidad social empresarial, tiene una motivación distribuida entre la mejora de la sociedad, la mejora de la comunidad sobre la que se asienta la empresa y la obtención de beneficios para la misma. En este caso, su fuente de recursos es amplia y variada, pudiendo provenir de las utilidades, el presupuesto general de la empresa o la asignación de recursos económicos, humanos y materiales a las iniciativas sociales. El impacto deseado se busca tanto en la sociedad como en la comunidad y en la empresa, y se pueden identificar las metas cuyo cumplimiento promoverá logros específicos. Los beneficios esperados no son solo de imagen y de reputación, también tienen que ver con la mejora de la productividad de los trabajadores y la obtención de una rentabilidad sostenida en un mediano y largo plazo.

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